Herramienta formativa Diseño e imagen para establecimientos turísticos

Herramienta formativa Diseño e imagen para establecimientos turísticos, realizada por la Confederación de Empresarios de Málaga y cofinanciada por la Junta de Andalucía y el Fondo Social Europeo
 

 


Málaga y la Costa del Sol

1. La Costa del Sol: características físicas y sociales

La ciudad de Málaga y su costa son un referente turístico mundial. Ahora, el sector y la ciudad en sí, se enfrentan a nuevos retos, nuevos modelos de expansión y nuevas metas, tanto en su oferta turística como en otros ámbitos.

Solo paseando por las calles de la ciudad, el visitante se percata de la idiosincrasia y el encanto de Málaga. El mestizaje de su cultura y lo milenario de su patrimonio, son características fundamentales para ello. El encanto de las pequeñas calles y su trazado, sorprende al paseante por donde quiera que camine. Además, su extraordinario clima invita a este recorrido no solo por la ciudad, sino también por toda la provincia, donde parajes y playas hacen de esta comarca un lugar privilegiado y referente del turismo mundial.

Con una superficie de 7.276 kilómetros, la provincia de Málaga está enmarcada por un litoral de 161 kilómetros, rodeada por Granada, Córdoba, Sevilla y Cádiz. Su privilegiada situación la hacen propicia para dedicarse al turismo. Su proximidad con otras provincias andaluzas de grandes atractivos turísticos y naturales, así como su excelente clima, la convierten, por antonomasia, en una provincia llena de inmejorables recursos dentro del territorio andaluz.

Por otro lado, la gran diversidad de territorios y paisajes, desde el litoral a las diferentes sierras como las de Camarolos, Las Cabras, El Torcal, Chimenea y por supuesto Abdalajís, con los Montes de Málaga y el Valle del Guadalhorce por un lado; y su conexión en el extremo occidental con la Serranía de Ronda, le confieren un relieve lleno de singularidades.

Asimismo, una vez inmersos en el cordón montañoso del litoral, el relieve de la provincia de Málaga se extiende de oeste a este por las sierras de Canucha, Blanca, Alpujata y Mijas, dejando al norte el Valle del Guadalhorce y al sur la Costa del Sol occidental, para salir por Alhaurín de la Torre.

Cruzado el río Guadalhorce, un nuevo conjunto de relieves conforma un nuevo perfil montañoso al pie de las Sierras de Tejeda y Almijara, (Montes de Málaga) y la Axarquía, una comarca en la que existe un paisaje de importantes lomas que llega, en numerosas ocasiones, hasta la misma línea de costa.

Con todo este mapa de montañas y lomas, la existencia de una importante diversidad de flora y fauna, con espacios magníficamente conservados, plantea un notable interés ecológico favorecido, en las últimas décadas, por importantes planes de conservación y protección del medio natural.

Una protección que pretende adecuar el aprovechamiento social y económico de estos espacios a la conservación de los valores naturales que encierran, adaptando su utilización a las pautas de desarrollo sostenible que, en los últimos años, se proponen tanto desde los estamentos internacionales como desde los estatales y autonómicos.

Estas políticas de protección han sido, y son, fundamentales para todo lo relacionado con el protagonismo malagueño dentro de la oferta turística, siendo un valor añadido a la propia oferta en sí; y permitiendo un desarrollo del turismo hacia otros modelos de los estrictamente vinculados a la oferta de sol y playa. Es decir, han posibilitado, además de suponer este valor añadido, una diversificación del sector que ha sido vital para mantener sus niveles de competitividad.

Los espacios, que por interés ambiental o paisajístico, se encuentran protegidos en la actualidad por algún mecanismo legal en la provincia, superan el 50 % del territorio, convirtiendo a Málaga en un gran parque natural.

La provincia de Málaga sorprende por la gran variedad de paisajes y por un valiosísimo patrimonio natural. Desde sus montañas hasta su litoral, la diversidad es una de las máximas en la provincia, lo que permite una oferta turística amplia y llena de contrastes.

En este sentido, se ha experimentado un refuerzo y una alternativa a la tradicional oferta de sol y playa, explotando otros recursos naturales a favor de una más amplia y variada, como el turismo rural o el de relax.

Otro dato interesante, en este sentido, es que del total del espacio protegido, algo más del 15%, es decir, más de 57.000 hectáreas, corresponden a espacios incluidos en el inventario de espacios naturales protegidos de Andalucía. Además de estos, Málaga cuenta con numerosos lugares comprendidos en el Plan Especial de Protección del Medio Físico. Este plan se extiende también a casi la totalidad de la superficie protegida por el inventario citado, cubriendo una extensión de 371.000 hectáreas.

La provincia cuenta también con planes de protección cautelar que son similares a los anteriores pero que no están catalogados porque las especiales circunstancias que presentan, ya sea presión de la actividad humana como ocurre con los regadíos de las zonas del Guadalhorce; o por su complejidad, como es el caso de los Montes de Málaga y la Axarquía, aconsejan establecer un plan preventivo.

El clima, rasgo fundamental de toda la comarca, viene condicionado, igualmente, por esta diversidad montañosa, y repercute en la distribución de los recursos del paisaje vegetal y de aprovechamiento turístico.

Las temperaturas medias anuales de Málaga oscilan entre los 12,6 grados centígrados de Alfarnate, en el extremo norte de la comarca de la Axarquía; y los 19 grados centígrados de la Maro, en el extremo oriental de esta misma comarca. El resto de la provincia se suele encontrar entre los 16 y 18 grados, que se superan en Marbella.

Las zonas que no sobrepasan esta media se sitúan en las comarcas de Ronda y Antequera, así como en otros puntos de sierra y montes del Sur.

Los lugares que disfrutan de las temperaturas más suaves se localizan en la zona frontal del litoral, lo que, evidentemente, favorece la actividad turística prácticamente durante todo el año, si bien es cierto que existen microclimas en numerosos puntos de sierra, dada la estratégica situación u orografía, lo que los convierte en islas climáticas, con singularidades realmente excepcionales como ocurre en algunos puntos del Valle del Genal o en las sierras de Tejeda y Almijara.

La diferente distribución de precipitaciones a lo largo del año permite diferenciar tres zonas fundamentales:

  • Una zona especialmente húmeda que recibe, por término medio, unos 800 litros por metro cuadrado. Se trata de la Serranía de Ronda y el pequeño sector correspondiente a las sierras de Tejeda y Almijara. También se encuentra en esta ubicación las sierras de Líbar y Montejaque, contiguas a la de Grazalema, ya en el término de la provincia de Cádiz.
  • En contraposición a esta zona húmeda, existe otra seca que corresponde a los términos de Antequera, Guadalhorce y Vélez, que rara vez superan los 400 litros por metro cuadrado, junto a los Montes de Málaga.
  • En el término medio están las zonas de la costa occidental, el borde sur de las sierras de Tejeda y Almijara, o lo que se conoce con el nombre de Alta Axarquía, extremo nororiental de la provincia; y la parte más elevada de los Montes de Málaga.

El tipo de climatología que predomina en la provincia de Málaga corresponde a un clima templado, cálido y mediterráneo; que se caracteriza fundamentalmente por un tiempo especialmente seco, calor estival y presencia de inviernos templados. Este tipo de clima presenta variables según zonas, dando lugar a un clima mediterráneo subtropical, con inviernos notoriamente suaves y veranos prolongados, particularmente en la costa occidental.

El clima ha sido y es una variable determinante en el desarrollo turístico de Málaga y su provincia. Sus inviernos templados y sus estupendos veranos con temperaturas medias cálidas han propiciado esta industria, haciendo que Málaga sea un destino idóneo a lo largo de cualquier temporada. Sus atractivos están reforzados por este valor climático que ha convertido la provincia malagueña en un lugar ideal tanto para la residencia de media duración como para la práctica de numerosos deportes, entre los que destaca, especialmente en los últimos años, el golf.

La otra gran variante climatológica vendría dada por el clima mediterráneo continental, con veranos muy secos y especialmente calurosos; e inviernos más fríos que en el resto de la provincia, perteneciente a las zonas de Antequera y toda la depresión de Ronda.

Por tanto, el clima ha sido determinante en el desarrollo turístico de la provincia de Málaga, particularmente en el litoral, tanto es así que su denominación, Costa del Sol, ya evidencia lo definitorio de su climatología, algo que queda justificado por sus más de 300 días de sol al año. También es cierto que el rasgo fundamental del clima de la Costa del Sol es su promedio de temperaturas suaves a lo largo de todo el año, rondando de los 13 grados en el mes de enero hasta los 25,28 grados en los meses veraniegos, salvo zonas muy concretas, a diferencia de las zonas de interior del resto de la comunidad.

Esta particular climatología viene muy condicionada por la presencia del mar, que suaviza las temperaturas gracias a las brisas y a la cadena montañosa del litoral que actúa como barrera, respecto a los vientos fríos del interior.

Esta ubicación tan especial y los diferentes factores o variables a los que se ha hecho referencia, permiten una oferta turística que incluye la posibilidad, en los meses más fríos del año, tanto de disfrutar de las playas de litoral y broncearse en ellas como de practicar el esquí en las pistas más meridionales, es decir, en la estación de esquí de Sierra Nevada.

1.1. La historia y su patrimonio.

Las características geográficas también han sido un factor determinante en el desarrollo social e histórico de la provincia de Málaga. Su relación con el Mediterráneo y ser considerada como puerto de paso importante desde el mar, ha justificado, desde los primeros pobladores, su historia y evolución.

Así, todos los que se han acercado y han estudiado la historia de la provincia de Málaga coinciden en un rasgo que llama poderosamente la atención: su larga trayectoria histórica y patrimonial. De hecho, al analizar por ejemplo su patrimonio artístico y cultural, se empieza en el Paleolítico Inferior y los primeros restos en las cuevas de la Viñuela, para acabar con la figura de Picasso.

El patrimonio de Málaga es realmente extenso y peculiar. Su larga trayectoria histórica hace de este uno de los más singulares de la región, lo que propicia que su recorrido llegue a abarcar miles de años de historia, mientras que en él conviven muestras artísticas magníficas que hablan de su riqueza cultural, de lo cosmopolita de la ciudad y de su mestizaje (Hoya de Ronda).

Realmente, el recorrido abarca miles de años de historia y muestras artísticas magníficas que prueban la base cultural que, a lo largo de la historia, se ha ido forjando en Málaga y su provincia.

A continuación se ofrecerá un breve repaso artístico y patrimonial para acercar la historia de Málaga y analizar su patrimonio, como testigo fundamental de la misma y como recurso turístico ineludible a los modelos tradicionales de sol y playa.

1.1.1. Primeros restos.

Los primeros restos aparecen en la época Cuaternaria, con un interesante desarrollo de muestras del arte parietal en varias cuevas, entre las que destacan la de Doña Trinidad en Ardales, la de Nerja, Toro y, especialmente, la de la Pileta.

Los artistas paleolíticos han dejado una riquísima muestra de este singular arte, algo que ocurre también con las muestras de arte Neolítico, en cuyas grutas se encuentran restos cerámicos, así como de adornos a modo de cuentas de collar y brazaletes. Junto a estos, los hallazgos de cerámica pertenecientes al final del Neolítico, adquieren una gran importancia en zonas del interior, con ejemplos de gran peculiaridad como los de la Cueva del Gato y la Cueva de las Palomas.

Dentro del periodo metalúrgico -periodo Calcolítico- se da otro de los ejemplos más sobresalientes del arte megalítico: las necrópolis de los Gigantes de Gástor y Montecorto.

En el mismo sentido, destacan por su importancia monumental, su emplazamiento y excelente conservación, la necrópolis de Antequera, que constituye la principal área megalítica de la provincia. Dentro del complejo megalítico antequerano, se encuentran los sepulcros del Romeral, Viera y Menga, declarados monumentos de interés para la humanidad en 1985.

Dolmen de Menga.
Dolmen de Menga.
1.1.2. Málaga fenicia y romana.

Al tratarse de una comarca costera con un extenso litoral, fueron numerosos los pueblos que llegaron a las costas malagueñas, si bien es cierto que desde los primeros restos se puede hablar de casi un milenio en el que apenas hay noticias de la producción artística de la provincia.

No obstante, sí aparecieron algunas piezas de interés de origen fenicio, destacando los yacimientos de la desembocadura del Guadalhorce, Malaca, el Cerro del Peñón o la necrópolis del Cerrillo de las Sombras en Frigiliana.

La civilización fenicia dejó, además, un patrón de asentamiento muy homogéneo y un modus vivendi que, tal como indican sus restos, cuentan la importancia de su actividad comercial y marítima. En este sentido, cobran especial interés sus salazones, además de su importante labor agropecuaria, compaginada con sus talleres de cerámica y metalurgia.

La cerámica aparecida demuestra los intensos intercambios comerciales que marcaron el desarrollo de este pueblo y su carácter, diseñando una ruta comercial, que tenía a Cádiz como la principal base y, por extensión, la ciudad de Málaga.

Con el proceso de romanización, la provincia adquiere una gran importancia y, por tanto, también es relevante su producción artística. Los romanos conquistaron la ciudad en el 205 a.C., y en ella establecieron importantes pesquerías y relaciones comerciales con el Norte de África.

Málaga poseyó el estatuto de ciudad federada hasta Domiciano, y con Vespasiano pasó a ser municipio romano con la Lex Malacitana. Así, desde los miliarios a las calzadas, los teatros, castillos y murallas, las villas y las ciudades; son muchos los ejemplos que hay de este periodo, repartidos por toda la provincia.

Teatro romano de Málaga.
Teatro romano de Málaga.
1.1.3. Málaga musulmana.

Fundamental, como en otras provincias, fue la larga presencia musulmana en tierras malagueñas, que permiten poseer un riquísimo legado, anterior al de Al Andalus y sus grandes obras al que corresponden singulares muestras de arte mozárabe, como la iglesia rupestre de Bobastro o la mezquita de Archidona, por ejemplo.

De gran importancia es la arquitectura militar, en la que destacan especialmente los edificios de la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro, ambos en la ciudad de Málaga.

  • La Alcazaba, que se sitúa al este de la ciudad, protegida por los montes de interior, actúa como vigía y supone el único testimonio arquitectónico que se conserva de la ciudad medieval. Independientemente de su origen romano o califal, es al periodo Taifa cuando parece remontarse lo más remoto de lo que se conoce. De planta irregular, muy alargada, el momento en que se levantó supone el triunfo de las fuerzas descentralizadoras del Califato, respondiendo a su declive político y militar.

    Asimismo, Badis construyó en el interior de la Alcazaba, un palacio que, a pequeña escala, podría adelantarse a lo que sería más tarde la Alhambra.

  • Es posible que el castillo de Gibralfaro sea anterior a la Alcazaba, pero lo más antiguo que aún queda en pie pertenece al periodo Califal. El nombre de Gibralfaro aparece muy citado en las fuentes árabes. Las referencias a la fortificación en sí son tardías, pues se construyó en la época de Yusuf I. En este periodo, debido al uso generalizado de la artillería, fue evidente la necesidad de edificar esta fortaleza para proteger la Alcazaba que quedaba indefensa desde los cerros que la dominaban. La fortificación incorpora todas las novedades defensivas adoptadas en Al Andalus, como la gran torre albarrana, el perímetro de muralla adaptado al terreno a través de paños en zigzag, y la puerta con entrada en recodo.
Vista aérea de la fortaleza de Gibralfaro.
Gibralfaro.

Durante los siglos XIII y XIV, se produce una proliferación de torres defensivas construidas masivamente sobre restos de castillos más antiguos. La arquitectura religiosa también está representada por numerosas mezquitas. La más importante fue la mezquita mayor de Málaga, sobre la que se levanta la catedral.

1.1.4. Tardogótico y primer Renacimiento.

Junto a la arquitectura mudéjar, que se extendió prácticamente por toda la provincia, empiezan a aparecer los elementos góticos traídos por los conquistadores propios del gótico tardío y del primer Renacimiento.

Al primero corresponden los conventos de Santo Domingo y San Francisco en Ronda, los monasterios de San Zoilo en Antequera y la parroquia del Sagrario en Málaga. De esta última se sabe, a pesar de lo confuso de la documentación, que el proyecto contemplaba la construcción de un nuevo templo con dirección norte-sur.

Portada del Sagrario de Málaga.
Portada del Sagrario de Málaga.

El Renacimiento aportará al patrimonio artístico de Málaga una importante producción de arquitectura civil, en la que a veces siguen presentes elementos del gótico tardío y del mudéjar, destacando hospitales como el de Bazán y el de San Juan de Dios, ambos en Marbella, el de San Andrés de Coín y el de San Marcos en Vélez-Málaga.

Las nuevas disposiciones de los Reyes Católicos hicieron dotar a la ciudad de muchos edificios municipales. De los pocos ejemplos que quedan, destacan el Ayuntamiento de Marbella o el Palacio Episcopal de Málaga, que forma parte de la arquitectura civil aunque es eclesiástico.

La arquitectura doméstica de este periodo se ve potenciada por la construcción de numerosos palacios en las principales ciudades de la provincia, destacando el Palacio de Mondragón en Ronda, la llamada Casa de Cervantes en Vélez-Málaga, o el Palacio de los Condes de Buenavista en Málaga.

Sin duda, el edificio más sobresaliente de esta época es la Catedral de la Encarnación. Excavaciones arqueológicas han demostrado, en el mismo solar, la existencia de edificaciones de las más variadas religiones, levantándose también en el mismo solar la antigua Mezquita Aljama. Los restos de la mezquita son muy escasos. Hasta 1944 aún subsistía la gran sala de oración con sus 113 columnas de mármol.

El edificio catedralicio experimenta, por las características de su planta, un lugar intermedio entre las estructuras góticas y las nuevas ideas renacentistas. La planta está dividida en tres naves con girola, que sirven de unión entre las laterales tras la Capilla Mayor. Las naves poseen la misma altura y se cierran con bóvedas baídas, tal vez por influencia de Vandelvira.

Algunos elementos son góticos, como los arcos de acceso a las sacristías de las capillas de las girolas y los conopiales de los testeros principales de las mismas capillas. El alzado está formado por la llamada estructura siloesca. La luz penetra en el templo a través de una triple arquería de medio punto abierta a la altura de las pilastras del segundo cuerpo. Encima de ellas, se dispone otro grupo de ventanas formado por una semicircular central con sendos óculos a cada lado.

El edificio de la Catedral de Málaga es uno de los ejemplos más notables del patrimonio de la ciudad. Su construcción, de larga duración, es un factor clave para que se den ejemplos de mestizaje o transición entre las estructuras góticas y los nuevos cambios del Renacimiento.

De su impresionante ejecución destacan su fachada principal en mármol rosa, además de la única de sus torres, ubicada junto a otra inacabada, popularmente conocida como "la manquita"; y su repertorio iconográfico que alude a la Anunciación.

A la girola se abren cinco capillas con bóvedas de medio cañón, adornadas con la decoración pétrea alternante. Los capiteles aparecen decorados con elementos estilizados terminados en roleos simétricamente dispuestos. La decoración de las bóvedas presenta ciertas diferencias, según se trate de lo construido en el siglo XVI o en el XVII. El programa iconográfico de las bóvedas aparece claramente diferenciado y definido en dos partes correspondientes a la obra nueva y a la obra vieja.

La fachada principal aparece retranqueada con respecto al plano marcado por las dos torres, produciendo una violenta línea quebrada.

El programa iconográfico de la fachada comprende, entre columnas salomónicas en relieve en mármol, la Anunciación, obra de Antonio Ramos en 1743. Desde un punto de vista tipológico, la Catedral de Málaga se enmarca, junto a la de Granada y Guadix, en la trilogía de las catedrales andaluzas del siglo XVI, con girola.

Otro elemento importante, dentro del conjunto catedralicio, es la obra del coro. Como elemento arquitectónico se fecha en 1590 y son importantes artistas los que intervienen en su ejecución, como el caso de Pedro de Mena. El conjunto se completa con los dos grandes órganos. El resto de las capillas que conforman este templo de gran belleza, albergan obras de enorme interés como La decapitación de San Pablo de Simonet, o el impresionante cuadro de la Virgen del Rosario de Alonso Cano.

1.1.5. Barroco malagueño.

Entre los siglos XVI y XVII, las tendencias del manierismo procedentes de Italia se van introduciendo en la arquitectura malagueña, especialmente en la ciudad de Antequera. Así, se remodelan los conventos de San Agustín y San Zoilo, además de la Iglesia del Carmen. La propia Iglesia de los Remedios se construye en clave manierista.

Durante el siglo XVII, se produce la remodelación y ampliación de todas las parroquias de la provincia, que habían sido construidas con gran premura durante el periodo de la Reconquista. De este modo, pueblos como Churriana o Gaucín experimentan importantes cambios.

La arquitectura civil fue menos activa que la religiosa, aunque hay que destacar obras de carácter público que afectaron particularmente a la ciudad malagueña, como la construcción del puerto y la restauración de las torres costeras.

Otra de las obras singulares iniciadas en el siglo XVI, pero concluida dentro de la corriente barroca, es el Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, destacando por su barroquismo y belleza el camarín de la Virgen, una pieza clave de esta corriente artística. Otro de los elementos de especial singularidad, dentro del santuario, es la cripta de los condes de Buenavista.

Santuario de la Victoria.
Santuario de la Victoria.

Después de la etapa manierista, el Barroco marcará una de las épocas más brillantes del arte malagueño. Tallistas, imagineros y arquitectos desarrollan una gran actividad en numerosos edificios de la provincia, aportando obras claves del Barroco andaluz. En este sentido, destacan las transformaciones decorativas con abundantes ejemplos del siglo XVII, como se ha comprobado en la Iglesia de la Victoria o el Sagrario en Casarabonela.

También en Málaga destaca, dentro de este proceso de transformación decorativa, la Iglesia de Santiago. Con esta reforma, el templo gótico-mudéjar quedó modificado en una iglesia barroca de planta basilical. Su capilla mayor se cubre con una cúpula decorada con yesería dorada. En el testero, las pechinas se reducen y multiplican para integrar en su espacio unos decorados medallones con los bustos de San Pedro y San Pablo, de extraordinaria calidad barroca.

La Iglesia de Santiago, de maravilloso mestizaje, es otro gran ejemplo del patrimonio de la ciudad. Su torre mudéjar, de impresionantes paños, se adosa al edificio como prueba de esa historia llena de contrastes.

Así, el templo de raíces gótico-mudéjares se transforma en templo barroco, con una espectacular decoración en el interior y unas singulares pinturas en sus muros de fachada.

Además de las remodelaciones comentadas, el Barroco malagueño también aporta realizaciones arquitectónicas de nueva planta, de gran interés y belleza. Destaca, de nuevo, la ciudad de Antequera, que se vio favorecida por su situación geográfica ente la alta y la baja Andalucía.

En la segunda mitad del siglo XVIII, la arquitectura malagueña oscila entre el barroco y el rococó, modificando, por tanto, las tendencias decorativas que se tornan más elegantes y sensuales.

De este periodo también hay que resaltar, y ya dentro de la arquitectura civil, el conjunto de los jardines del Retiro en Churriana, con un importante repertorio decorativo. Los primeros conocimientos que se tienen de la finca datan de 1669, y desde entonces, la finca ha sufrido importantes transformaciones hasta el siglo XVIII.

También en este periodo, Málaga soporta un importante proceso urbanizador, lo que conlleva a la remodelación de los barrios de la Trinidad y el Perchel. Se procede así a la ordenación del centro histórico, configurando la Plaza del Obispo, aunque el espacio existía ya en la Málaga musulmana. En este mismo sentido se traza la Alameda que concluirá en el siglo siguiente.

Alameda de Málaga.
Alameda de Málaga.
1.1.6. Neoclásico y Bellas Artes.

En el siglo XIX se implantarán los preceptos neoclásicos en Málaga, además de una predilección por el gusto oficial que no será especialmente brillante.

En el campo de la arquitectura se van a manifestar tendencias neomudéjares, neocalifales y una tímida vanguardia modernista. Por otro lado, sí tendrá importante repercusión el campo pictórico, con una interesante producción que gira entorno a la Escuela de Bellas Artes, de la que desgraciadamente, y a falta de un museo, no puede contemplarse. Dicha escuela contó con figuras notables que marcaron un referente para la pintura contemporánea, destacando las figuras de Ferrándiz, Muñoz Degraín y uno de sus mejores representantes, Moreno Carbonero.

El esplendor artístico de la Málaga decimonónica coincide con los últimos momentos de crecimiento y auge industrial, pero también con los primeros de su decadencia. La burguesía dicta normas y toma artistas a su servicio, por tanto no extraña que sea el retrato el gran tema del momento.

Junto al retrato conviven los paisajes, especialmente marinos, y temas costumbristas además del historicismo o alegóricos como en el resto de España.

Con todo surgen instituciones que apoyan esta labor creativa, como la Academia de Bellas Artes, la Sociedad Económica de Amigos del País, el Liceo de Málaga, etc.

Sociedad Económica de Amigos del País.
Sociedad Económica de Amigos del País.

En otro sentido, la población de Málaga experimenta un notable crecimiento jalonado de continuos recesos ocasionados por las epidemias, terremotos y otras catástrofes naturales, lo que marcará su impronta en esta ciudad que experimentará un desarrollo urbanístico sin precedentes, con proyectos de diferente índole. En lo urbanístico, la ciudad desarrollará un profundo cambio que le permitirá el paso de una fisonomía conventual a otra más acorde con los nuevos tiempos. Así, se concluyen proyectos como la Alameda Principal y la Plaza de la Merced, gracias al arquitecto José Trigueros.

Esta plaza, cuyos orígenes se remontan al municipio Flavio Malacitano, estará marcada por la visita del general Riego en 1822, siendo el lugar elegido para ubicar un monumento civil urbano de gran trascendencia en la Málaga decimonónica y de ansias liberales de la ciudad: el Cenotafio erigido en memoria del general Torrijos y sus 48 compañeros fusilados el 11 de diciembre de 1831 en la playa de San Andrés.

Plaza de la Merced.
Plaza de la Merced.

Sin duda alguna, la gran obra urbanística de este periodo fue la apertura de la calle Larios, recientemente remodelada, y la dotación a la ciudad del Teatro Cervantes. Este es de planta rectangular y en él se inscribe un cuerpo con forma de herradura que constituye el patio de butacas, sobre el que se disponen cuatro pisos. Su decoración también corrió a cargo de Jerónimo Cuervo, en lo que respecta a elementos adosados a los antepechos de los palcos. Exteriormente, su fachada es de gran sobriedad gracias al dominio de los elementos clásicos.

Teatro Cervantes.
Teatro Cervantes.

En este siglo son numerosas las remodelaciones urbanísticas en la ciudad de Málaga. Particularmente por su tipismo y encanto, hay que detenerse en el Pasaje de Chinitas, construido entre 1852 y 1855, por iniciativa del empresario Antonio María Álvarez, sobre el solar del derribado Convento de las Agustinas, y que conduce directamente a la Plaza de la Constitución. También de este periodo es el Mercado de Atarazanas, coincidiendo con la expansión económica y urbanística de la ciudad.

El mercado de Atarazanas está enclavado en pleno centro histórico y ha sido recientemente restaurado. Esta obra del siglo XIX, cubría las nuevas necesidades de abastecimiento de la ciudad. Su fachada, de origen nazarí, vuelve a sugerir esa mezcla de estilos y culturas. Realizada por el arquitecto Joaquín Rucoba en 1876, cuenta con una impresionante vidriera con motivos de la región.

La búsqueda del aumento del nivel de vida y la huida de mezcolanzas de clases, lleva a esta nueva burguesía a asentarse en las zonas de Limonar y la Caleta, localizadas al este de la población y, por tanto, opuestas a las zonas fabriles y barrios obreros ubicados al oeste. Estos lugares se caracterizaban por la amplitud de espacios, la baja densidad de población, la abundante vegetación y las admirables vistas al mar.

La unidad de habitación que constituyeron estas nuevas zonas residenciales vino dada por una tipología arquitectónica claramente definida: el "hotelito" o chalet de recreo. Se trata de construcciones totalmente aisladas con abundancia de huecos bien distribuidos, que favorecen una inmejorable ventilación y fachadas bien cuidadas, cuyos arquitectos destacaron por su originalidad, inventiva y buen gusto, entre ellos: Antonio Ruiz Fernández, Manuel Rivera Vera, y Fernando Guerrero Strachan. En sus obras se mezclan elementos historicistas, modernistas, pero siempre con elegancia y exquisita resolución.

Durante todo el siglo XIX se suceden remodelaciones y edificios de nueva planta que llevan las últimas tendencias hasta sus repertorios decorativos, en esa clave historicista propia del gusto regionalista de este periodo.

Las alusiones mudéjares y nazaríes conviven con cierta tendencia modernista y cubren las fachadas de los edificios aportando una gran singularidad y personalidad a los mismos.

Asimismo, y junto a estas villas de recreo, destaca la Finca de la Concepción, adquirida en 1840 por Manuel Agustín Heredia, a fin de completar su posesión en San José. El mayor atractivo de la Hacienda lo compone su magnífico jardín, prolongación física e histórica del de San José, que en la actualidad es el jardín botánico de la ciudad de Málaga.

1.1.7. Picasso. De la vanguardia a la contemporaneidad.

A pesar de la corta estancia del pintor en la ciudad, la figura que destaca en todo el siglo por su genialidad es Picasso.

Estatua de Pablo Picasso.
Estatua de Pablo Picasso.

Aunque solo residió en la ciudad en su niñez, ya pintaba antes de hablar. Su padre José Ruiz, también andaluz como él, era pintor decorativo. La Plaza de la Merced, donde vivió su familia, es testigo de sus primeros dibujos de palomas. Durante sus primeros años en Málaga, el joven Picasso quedó extasiado por la luz y el color, realizando sus primeras obras sobre el mar.

En la actualidad, en el inmueble donde nació el artista, se encuentra la sede de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal, que tiene como principales objetivos promover y difundir la obra de Picasso.

El inmueble cuenta con un centro de documentación centrado en la vida del artista, un departamento de promoción cultural; y el Museo Casa Natal, donde se recrea una de las estancias de la vivienda del pintor con mobiliario de la época.

Asimismo, la fundación cuenta con una sala de exposiciones en la misma Plaza de la Merced, con un interesante programa expositivo.

Edificio de la Fundación Picasso.
Fundación Picasso.

Tras su traslado a Coruña, Picasso llega a Barcelona, París, etc., sorprendiendo a propios y extraños. Los años de bohemia y la efervescencia de las tabernas, sus periodos de color, la época azul, los años locos de Montmartre, la revolución cubista, sus collages, la cerámica, entre otras muchas obras, configuran la trayectoria de un genio del siglo XX.

Desde el año 2003, la ciudad cuenta con un museo dedicado a parte de la colección de este artista, ocupando el antiguo Palacio de los Condes de Buenavista, que fue en su origen una residencia señorial mandada a construir por Diego de Cazalla, regidor de Málaga, en 1530.

Fue, después de pasar por varios propietarios, el edificio privado más emblemático de la ciudad debido a su maravilloso enclave y su superficie, además de por su imponente torre. En 1950 se recuperó como Museo de Bellas Artes, hasta su nuevo uso como sede del Museo Picasso para lo que fue necesario no solo una importante rehabilitación, sino también un amplio y complicado programa de ampliación, dadas las características del nuevo espacio.

Entrada del Museo Picasso.
Entrada del Museo Picasso.

Una de las máximas del proyecto es yuxtaponer volúmenes de nueva construcción con los ya existentes en el propio inmueble, e inmuebles colindantes; y así la restauración del palacio se entendió como parte primordial del proyecto, manteniendo la esencia del mismo. Tanto es así que el acceso principal se realiza por la misma puerta principal, aunque interiormente se modifica la orientación de la escalera para obtener un sitio más amplio como zona de acogida para los grupos de visitantes.

El proyecto plantea unas soluciones muy acertadas de iluminación natural, de concatenación de espacios nuevos y rehabilitados, y un programa de equipamiento magnífico. El museo cuenta, además, con una biblioteca-centro de documentación, un edificio para el departamento de educación, un auditorio y un edificio de oficinas.

Vista exterior del Museo Picasso.
Vista exterior del Museo Picasso.

En este sentido, también sobresale el entorno del museo por lo que supone ese diseño de entramadas calles, que vienen a salir desde San Agustín hasta la calle Alcazabilla, creando un espacio de gran singularidad que lo relaciona con el teatro romano y la Alcazaba.

Junto a la inigualable figura de Picasso se suceden, desde entonces, numerosos artistas que conforman lo que se podría llamar la vanguardia malagueña, hasta el arte actual. José Moreno Villa es uno de los que forman parte de esta etapa vanguardista.

Igualmente brillante es el panorama que presenta la Escuela Malagueña en la que, al lado de pinturas figurativas e incluso un grupo interesante de naif, una corriente artística caracterizada por la ingenuidad y la espontaneidad; las vanguardias alcanzaron un desarrollo sorprendente, sobre todo si se comparan con el resto de la región y, que en parte, se originaron en el cosmopolitismo generado en la capital a raíz del desarrollo de la Costa del Sol en la década de los 60.

Arte en las calles de Málaga.
Arte.

Tras la guerra, anulados los fenómenos de la anterior vanguardia, el figurativismo académico dominó plenamente el panorama artístico local y provincial, regido por la Academia de San Telmo y la Sociedad Económica, con personajes como Joaquín Capulino Jáuregui, Ochoa, etc. Contra esta corriente lucharon los más jóvenes, reunidos en peñas y tabernas, como La Buena Sombra, y celebrando exposiciones en las salas de cabaret del Pimpi. Dentro de esta línea, también se encontraban autores diversos dentro de la abstracción geométrica o el magicismo, como Barbadillo o Brickman.

El resto de las corrientes de vanguardia pasan tímidamente por Málaga, resaltando autores que nacen o residen en Málaga: Chema Cobo, Rogelio López Cuenca o Joaquín Ivars, con una importante presencia en el mercado del arte contemporáneo.

Escultura urbana.
Escultura urbana.