Herramienta formativa Diseño e imagen para establecimientos turísticos

Herramienta formativa Diseño e imagen para establecimientos turísticos, realizada por la Confederación de Empresarios de Málaga y cofinanciada por la Junta de Andalucía y el Fondo Social Europeo
 

 


Variables decorativas. Criterios estéticos y funcionales

2. Luz y color

Hace más de trescientos años, un joven estudiante del Trinity Collage de Cambridge empezó a vislumbrar uno de los descubrimientos más importantes de la historia de las ciencias naturales: la ley de la gravitación universal.

Isaac Newton alcanzó tal fama con dicho descubrimiento que sus contemporáneos no le dieron importancia a otros hallazgos o invenciones, tales como el cálculo infinitesimal o la teoría de la luz y el color, descubriendo lo que el propio Newton describe en su diario (en 1666) de la siguiente manera:

"Me he procurado un prisma triangular de cristal para realizar experimentos sobre famosos fenómenos de los colores y la luz. Después de haber oscurecido la habitación y perforado un agujero en la persiana para dejar penetrar una cantidad conveniente de luz solar, he colocado mi prisma delante de la obertura a fin de que la luz fuese refractada sobre el muro opuesto.

Fue una visión muy agradable contemplar los colores vivos e intensos así producidos...".

Los colores vivos e intensos no son otra cosa que la descomposición de la luz blanca en los colores del espectro solar. Un primer paso trascendental para entender que el color es luz.

De este modo, los colores del espectro son:

Cuando llueve y luce el sol cada gota de agua de lluvia se comporta como el prisma de Newton y gracias a ese fenómeno de millones de gotas (prismas) se produce el arco iris.

El color es luz y dado que se aprecia el color en los cuerpos cuando estos reciben luz, el descubrimiento de Newton lleva a la conclusión de que el espectro solar contiene los colores de la naturaleza.

Años más tarde, el médico Thomas Young, estudió de un modo más amplio la teoría de los colores, partiendo de la teoría de Newton. Dispuso sobre una mesa seis linternas, cada una con un cristal de color igual a los seis colores espectrales, proyectó entonces la luz de esas linternas y cambiando y eliminando haces de luz, llegó a un nuevo y definitivo hallazgo: los seis colores del espectro podían reducirse a tres colores básicos:

Fachada del Patronato Provincial de Turismo de la Costa del Sol.
Fachada del Patronato Provincial de Turismo de la Costa del Sol.

Estos tres colores podían recomponer la luz blanca, ayudando a comprender qué es un color primario. Es decir, si todos los colores pueden reducirse solo a tres, rojo, verde y azul oscuro, estos son los colores básicos.

Young llegó a otra conclusión importante: con la superposición por parejas de las luces de las tres linternas lograba tres colores más claros, los llamados colores secundarios:

Hasta ahora se ha hablado de colores luz o haces de luz, componiendo o combinando los haces de luz blanca.

A continuación se tendrán en cuenta los conceptos absorción-reflexión:

Al pensar estas preguntas:

Estas son las respuestas:

La importancia de la luz y el color son fundamentales puesto que alteran los valores texturales de las formas y, por tanto, la manera de percibirlos.

Este fenómeno es de vital importancia y se producirá de manera más evidente dependiendo de agentes como valores texturales del mobiliario, tipo de luz, etc. No hay que olvidar que estas propiedades pueden y deben ser favorables. Así, una misma composición será susceptible de ser alterada según un criterio concreto y unas necesidades específicas, pudiendo reforzar un tipo de ambientación u otro, en un mismo espacio del establecimiento.

Visto esto, hay que añadir algo fundamental: todos los cuerpos están constituidos por sustancias que absorben o reflejan colores, o lo que es lo mismo, absorben o reflejan ondas electromagnéticas. Así, cuando un cuerpo de color blanco recibe los tres colores luz, (rojo, verde y azul intenso) los devuelve y los refleja, generando, a partir de los tres, el color blanco.

Si el cuerpo es de color negro ocurre todo lo contrario, absorbe los tres colores-luz, dejándolo sin luz, razón por la que se ve negro.

Con este fenómeno de absorción y reflexión, se aprecia que la luz genera los colores de los cuerpos sumando ondas electromagnéticas, aspecto que se estudia a partir del proceso fisiológico de la vista.

Las propiedades de absorción y reflexión de la luz respecto a los cuerpos permiten diversos efectos y formas a la hora de iluminar un espacio.

Unido a estos fenómenos, la cantidad de lámparas en el mercado y las múltiples formas de iluminar un establecimiento son tan numerosas como los efectos que se pueden producir en estos locales.

2.1. Colores luz. Síntesis aditiva.

Newton descompuso la luz en colores del espectro interponiendo un prisma de luz a un haz de luz blanca, llegando a la conclusión de que la luz es color, y su última comprobación consistió en elaborar un círculo cromático que giraba a tal velocidad que fundía los colores en una rueda blanca; o lo que es lo mismo, la luz pinta sumando colores. Para pintar un cuerpo de blanco la luz suma todos los colores-luz del espectro. Para que sea amarillo, la luz suma los colores luz, rojo y verde.

Círculo cromático.
Círculo cromático.

A esta obtención de color por la suma de colores luz, los físicos la llaman síntesis aditiva.

Suma de colores luz sobre un fondo negro.
Suma de colores luz sobre un fondo negro.

Por poner otro caso, la televisión se ve gracias a la superposición aditiva de los puntos de luz luminosos de los tres colores luz (rojo, verde y azul intenso), distribuidos en 625 líneas que reproducen en la pantalla las imágenes en color.

2.2. Colores pigmento. Síntesis sustractiva.

No se pinta con luz, sino con pigmentos. Esto explica que se pueden obtener colores claros mezclando colores oscuros. La mezcla de los colores pigmento da como resultado el negro: a esto se le denomina síntesis sustractiva.

Los colores pigmento se comportan de manera diferente. Hay que tener en cuenta:

  • Colores pigmento primarios:
    • Magenta.
    • Amarillo.
    • Azul cyan.

    La mezcla por parejas de estos colores pigmentos primarios proporciona los secundarios.

  • Colores pigmento secundarios:
    • Magenta + amarillo = rojo.
    • Azul cyan + amarillo = verde.
    • Azul cyan + magenta = azul intenso.

    La perfecta coincidencia entre colores luz y colores pigmento permite al artista pintar todos los colores de la naturaleza con solo tres colores primarios:

    • Azul cyan.
    • Magenta.
    • Amarillo.

    Por tanto hay una gama infinita de colores, más blanco y azul. De este modo están los colores primarios, mezclados por parejas dan como resultado los secundarios; y después los terciarios, obteniendo un total de doce colores.

    • Azul intenso.
    • Azul ultramar.
    • Azul cyan.
    • Verde esmeralda.
    • Verde.
    • Verde claro.
    • Amarillo.
    • Naranja.
    • Rojo.
    • Carmín.
    • Magenta.
    • Violeta.
    Mezclar colores primarios consigue colores secundarios y, posteriormente, terciarios.
    Mezcla de colores.
  • Colores complementarios. Una vez más, partiendo del experimento de Young de descomposición de la luz blanca, se observa que los colores del haz de luz se complementan. Los colores luz, al superponerse, suman luces y dan el blanco, mientras en los colores pigmento al mezclarlos restan luz y dan el negro. Así se debe tener presente que:
    • El complementario del amarillo es el azul.
    • El complementario del magenta es el verde.
    • El complementario del azul cyan es el rojo.

Con la complementariedad de colores se busca el contraste. El contraste es el resultado de comparar dos tonos o dos colores con notables diferencias entre ellos. Estas diferencias pueden ser mínimas o máximas, según los valores de contrastes. Los contrastes son básicamente de tono y de color:

  • Los contrastes de tono son, básicamente, característicos de los dibujos en blanco y negro, resueltos a lápiz, etc.
  • Los contrastes de color se caracterizan por la comparación y diferencia de unos colores y otros, ya sean estos primarios o complementarios.
  • También están los contrastes simultáneos, que son generados por el ojo. Cuando se mira un color determinado, se ve a continuación, y de manera simultánea, el complementario.

Al hablar de contraste de tono se debe distinguir entre lo que es tono y lo que es color, entendiendo que un gris claro, un gris medio y un gris oscuro son una gama de tonos grises, al igual que un azul claro, uno medio y otro oscuro son una gama de tonos azules, que contrastan por tono, mientras que la yuxtaposición de un magenta y un azul contrastan por color.

La idea de contraste se asocia, generalmente, a la representación del claroscuro y a la resolución del volumen con efectos de luz y sombra, pero también se puede llegar a este efecto sin la dramatización de sombras y luces, tal es el caso del uso de contrates con la gama de colores.

Del mismo modo, otro aspecto importante es la ley de los contrastes simultáneos:

  • Un blanco resulta más blanco cuanto más oscuro es el tono que lo rodea.
  • Un gris resulta más intenso cuanto más claro es el tono que lo rodea.
  • Un color es más claro o más intenso según el tono que lo rodea.

Estas premisas son importantes a la hora de aplicar el color en los establecimientos, y además de ellos, hay que establecer o planificar el uso del color en los espacios y así tener en cuenta sus dimensiones y usos. Destaca el hecho de decidir, también en función de estas variables, si se usará un único color o varios para una misma estancia, si se utilizará el color como telón de fondo o si formará parte activa en la decoración.

Un color puede resaltar atributos del espacio del establecimiento, pero también disimular defectos. Por tanto, a partir del uso del color, se puede disimular la escasez de luz, altura, la estrechez de un espacio, etc.

Los colores cálidos devuelven la luz con más intensidad que los fríos, por lo que los primeros acercan los objetos y los segundos los alejan y amplían visualmente la estancia. Del mismo modo, los colores más claros, poseedores de más cantidad de blanco, dispersan más la luz y aumentan visualmente la distancia entre paramentos.

No se debe olvidar que las cualidades del color dependerán además de la luz.

2.3. Clasificación de la luz. Luz natural, luz artificial.

Una vez analizados los conceptos de luz, luz color y luz pigmento, su funcionamiento, visión y percepción, dentro de la iluminación en sí, hay que diferenciar la luz natural (sol), la luz artificial, y por ende, los aspectos básicos de la iluminación de objetos.

2.3.1. Luz natural.

La luz natural es la procedente del sol o la iluminación propia del cielo, cuya incidencia es más o menos importante, en función de la superficie de los paramentos acristalados transparentes, existentes en un local.

Hay muchos manuales dedicados al estudio del cálculo de la luz y su incidencia.

En cuanto a los aspectos básicos de la iluminación, la distribución de esta en los espacios interiores depende de dos factores o grupos de factores:

  • El ambiente externo. Los factores exteriores que influyen en la cantidad de iluminancia que se proyecta sobre un plano vienen definidos por tres componentes:
    • Componente solar directo. Se refiere a la luz del sol sin obstáculos.
    • Componente difuso de la bóveda celeste. Hace referencia a la luminancia propia del cielo sin que esté presente directamente el sol.
    • Componentes reflejados de los obstáculos y el suelo. Se refiere al resto de la luz que se evidencia en los edificios circundantes y del propio suelo exterior.
  • El ambiente interno. Por lo que se refiere a los factores del ambiente interno hay que tener en cuenta cuatro elementos:
    • Dimensión de las ventanas y transmitancia de los vidrios. El tamaño de las ventanas o superficies acristaladas es crítico, así como la transmitancia de los vidrios, y si estos incorporan tratamientos antirreflexivos o películas atenuadoras. Asimismo, es muy importante la presencia o ausencia de barreras físicas, como persianas o cortinas.
    • Dimensiones del espacio. Las dimensiones del local son esenciales ya que cuanto menor sea la superficie en función del tamaño de los planos acristalados y de la situación de este, menor será el nivel de insolación.
    • Altura del antepecho. La altura del antepecho de las ventanas es el elemento que define, en gran medida, la franja horaria en la que la sala recibirá una buena parte del componente reflejado del suelo exterior.
    • Factores de reflexión de paredes, suelo y techo. Estos índices definirán el nivel de difusión de la luz en el interior.
Difusión de la luz en el interior.
Difusión de la luz en el interior.
2.3.2. Luz artificial.

Es toda aquella luz que mana de una fuente o mecanismo artificial. El problema de una clasificación de estas características es que el mercado introduce nuevos modelos y sistemas de iluminación.

La fibra óptica o leds es quizá una de las últimas incorporaciones dentro de la iluminación artificial. Una primera clasificación sería la siguiente:

  • Lámparas incandescentes. La luz eléctrica difumina la vigorosidad del color aunque respeta las tonalidades.
  • Lámparas fluorescentes. Desvirtúan cualquier color iluminado por ellas. Apagan los rojos, azulean los negros y blancos, trasforman el verde amarillento en verde azulado y atenúan el brillo de cueros y maderas empañándolos.
  • Lámpara de descarga (mercurio y sodio). Son muy adecuadas para grandes espacios o estadios.
  • Otras, como fibras ópticas o leds.
Establecimiento con luz artificial.
Establecimiento con luz artificial.

2.4. El lenguaje del color. Aplicaciones.

En un mundo como el actual, donde los mensajes publicitarios bombardean constantemente, resulta evidente cómo el color aporta en el diseño un valor lingüístico y cultural importante.

Cuando se aporta color a los establecimientos, igual que ocurre con otros productos, se añade un mensaje subliminal. Resulta curioso como el color y los envases o formas son vendedores o transmisores de mensajes.

Thomas Hine, autor entre otros, del libro The total Package (El envase total, 1995), demuestra cómo el color, y por asociación además a un formato contenedor, transmite determinadas sensaciones.

Así, Louis Chesking realizó un curioso experimento: rellenó con el mismo producto dos envases distintos, uno con círculos y otro con triángulos. La inmensa mayoría de los encuestados se decantó por el envase de círculos porque parecía de mayor calidad. Este fenómeno denominado transferencia de sensaciones, indica hasta qué punto forma, color y textura pueden influir en la percepción de una u otra sensación.

Lo mismo ocurre con el valor lingüístico del color. El color es poseedor de unas connotaciones lingüísticas excepcionales. Estas variarán dependiendo de factores culturales, religiosos, etc., pero se puede establecer la siguiente relación de color y valor lingüístico, así como la forma en la que actúa en un espacio como claves complementarias para un uso correcto y controlado a la hora de aplicar el color correcto en los establecimientos:

  • Blanco. Es el color que más se relaciona con la luz. La refleja ampliamente y la multiplica. Su gama es muy amplia y expresiva, con una gran capacidad de reproducir texturas. Resalta los elementos arquitectónicos, hace vibrar los colores cálidos y, para un ambiente fresco y sencillo, incluso en clave minimalista, es una de las mejores opciones.

    Pese a la fuerza para reflejar la luz, también se utiliza para ambientes delicados, produce amplitud, tranquilidad y armonía. Los ambientes basados en su gama enfatizan la elegancia de los materiales, del mobiliario y los estampados de las tapicerías.

    Las composiciones en las que predomina este color son relajadas, ya que no hay matices que compitan, agradeciendo la presencia de elementos con texturas cálidas.

    El color blanco en el establecimiento.
    El color blanco en el establecimiento.
  • Gris. A medio camino entre el blanco y el negro, el gris es un color de gran ambigüedad y por ello muy versátil, elegante y de una actual vigencia. Transmite elegancia y sofisticación. Es un color sutil y vaporoso. En esquemas que contemplan varios usos de grises, si bien pueden resultar a priori sombríos e inquietantes, provocan por el contrario gran profundidad y magnetismo.

    Las combinaciones de gris con otros colores ofrecen gran cantidad de posibilidades, resultando especialmente atractivos cuando resaltan elementos arquitectónicos puesto que juegan con una gran variedad de matices en sombras.

    El gris es un color que apoya y profundiza los ambientes de colores neutros y, en sus variedades más puras, tiende a armonizar de un modo excelente con blanco, crudo, tonos arena y beige. Lo más recomendable es acompañarlo con complementarios en sus matices.

    La versatilidad del gris en la decoración de una estancia.
    La versatilidad del gris en la decoración de una estancia.
  • Negro. Por sus características es un color muy arriesgado pero apto para la obtención de contraste. Perfectamente combinable con el blanco y con toda la gama de grises. No deja indiferente a nadie. Se debe planificar bien porque su corrección es muy difícil. Su utilización está justificada por la búsqueda de sensaciones muy concretas en espacios bien iluminados o de gran efectismo decorativo.
  • Amarillo. Es el color del sol, el color de gama más viva, incluso en sus tonalidades más oscuras y sus mezclas más opacas. Debido a su fuerza e intensidad el amarillo debe usarse con discreción y proporción, pues posee una de las gamas más versátiles.

    Puede resultar abrumador pero mezclado con otros colores produce matices muy interesantes. En un sitio con poca luz natural o de uso nocturno es preferible utilizarlo en la gama de ocres y mostaza, que no se verán afectados por el uso de la luz artificial, transmitiendo valores de calidez. Si se rebaja su matiz resulta muy apropiado para estancias que necesitan mayor profundidad.

    Elegir el amarillo como el color predominante en un establecimiento, abre muchas posibilidades para crear espacios fuertemente matizados por la luz. Debido también a este carácter luminoso afecta a todos los colores que puedan rodearlo. De este modo, apaga los verdes y agrisa los azules más claros. En los blancos resta intensidad provocando tonos ligeramente crema.

    En las paredes hay que aplicarlo con cierta cautela para no sobredimensionar el espacio. Los amarillos más cálidos, al combinarse con neutros, logran un contraste muy vivo. En general, conviene combinarlo con tonos similares al suyo para suavizar su luminosidad y buscar más armonía.

    El amarillo como color predominante.
    El amarillo como color predominante.
  • Tierra. Incluye los tonos tostados o pardos, el ocre y la terracota. Son la gama de colores más antigua, con restos incluso prehistóricos, donde aparecen estos pigmentos tomados, lógicamente, de las tierras arcillosas, teniendo amplias gamas dependiendo de la zona de extracción.

    En sus tonos más claros, los colores tierra transmiten ambientes acogedores, mientras que los más intensos provocan ambientes muy cálidos. Es muy acertada su utilización en paramentos coordinados con este mismo acabado, que presentan materiales para pavimentos como el barro, la arcilla, etc.

    El amarillo como color predominante.
    El color tierra, cálido y acogedor.

    Para obtener ambientes en los que los materiales naturales tengan absoluto protagonismo, la gama de tierras es la mejor opción.

    La gama de terracotas y los matices que se inclinan a ella (como el color ladrillo), son ricos y fuertes. Se basan en tonos naturales que evocan a algunas piedras. El coral es la variedad más especial con gran cantidad de color rosa que suaviza la textura mineral de los colores tierra. Dentro de esta gama, y de un uso más actual, se encuentra toda la serie de colores óxidos.

    El color ladrillo, para destacar lugares.
    El color ladrillo, para destacar lugares.
  • Rojo. Su vigor lo convirtió en uno de los favoritos por la realeza a lo largo de la historia. Es un color al que se le une una fuerte carga de significaciones: pasión, sangre, fuego, poder, etc. Es el color más fuerte de todo el espectro, perfecto para ambientes especiales y de uso nocturno. El rojo es un color poco amigo de compartir protagonismo y siempre llama la atención, salvo que se matice su intensidad. Es necesario aplicarlo con cautela ya que su exceso de energía puede arruinar un proyecto.

    Igualmente, añade profundidad y calidez y a la luz de las velas crea un interesante efecto de intimidad. Los rojos más puros, como el escarlata o el bermellón, se convierten en perfectos aliados para el verde y el dorado. Con el blanco se consiguen también efectos interesantes.

    La intensidad del rojo otorga protagonismo a la estancia.
    La intensidad del rojo otorga protagonismo a la estancia.
  • Azul. Es el color más frío y uno de los más profundos. En sus tonalidades más puras y cálidas es vibrante, mientras que en las más claras resulta muy vaporoso y crea ambientes especialmente relajantes. Su amplia gama procede de tres tonos muy diferentes: el pálido celeste, el intenso añil, y el oscuro índigo.

    Los efectos característicos de estos tonos inspiran vistosos estilos como el claro azul mediterráneo, que convierte la luz en un reflejo de gran atractivo, o los azules fríos para ambientes más apagados.

    El azul, y más en estas gamas, no es recomendable para establecimientos con poca luz porque enfatiza la sensación de poca temperatura y, por tanto, resulta menos acogedor el espacio. Si se utiliza en un paramento muy amplio conviene acompañarlo con cuadros o espejos de cierta importancia.

    Agua, elemento azul de gran relevancia en decoración.
    Agua, elemento azul de gran relevancia en decoración.

    Un establecimiento que utilice las gamas de azul deberá acompañarlo de blanco, ya que es con el color que mejor combina, consiguiendo suavizar al primero. Es una opción de éxito tanto para ambientes clásicos como para otros más rústicos y mediterráneos.

    La combinación de azul con otros colores debe seguir la máxima de animarlo y reducir su frialdad. Por otra parte, la unión de azul y amarillo constituye una mezcla válida pero arriesgada, como la de cualquier color con su complementario.

  • Verde. Es un color que nace de la mezcla del amarillo con el azul, es decir, un color cálido con uno frío, lo que determina un equilibrio. En todas sus variedades es un color relajante porque evoca a la naturaleza, siendo, además, capaz de armonizar con todos los colores si se utilizan los tonos y matices adecuados.

    Los más oscuros, como el verde oliva, son apropiados para espacios que se quieren destacar con originalidad, usándolos con colores crema o blanco. En cambio, los verdes musgo son sutiles y están más próximos a los neutros.

    El verde evoca la naturaleza, esencial en exteriores.
    El verde evoca la naturaleza, esencial en exteriores.

    El verde puro sí es más arriesgado y requiere un esquema más sólido de estudio. Su efecto puede cambiar dependiendo del color con el que se combine. Así, es discreto con los tonos tierras y anaranjados; cálido si va acompañado de tonos oscuros de amarillo; y brillante en presencia de blanco y dorado. Combina muy bien con su complementario, el rojo. Es muy apropiado para espacios conectados con el exterior, mediando entre ambas estancias.